"La increíble vida ilegal del juez federal Walter Bento, procesado como jefe de una asociación ilícita.
Con una sola palabra no se puede describir la causa contra un juez federal y electoral de Mendoza. Los calificativos se suman y enciman, pero aún así son débiles. ¿Qué es lo que hay? El asesinato de un vecino del juez, que fue contrabandista y después su operador en negocios con contrabandistas. También un asesino que confiesa, pide protección y desenreda una gruesa trenza de libertades pagas y aprietes con sello judicial y mafioso. Hay dos abogados y socios del vecino del juez que se arrepienten y cuentan cómo funcionaba la banda. Y ese juez y familia, todos empleados de la Justicia, llenos de plata, mientras otro juez y fiscal investigan la conversión de leyes y juzgado en negocio familiar.
Diego Barrera es el preso que confesó el asesinato de otro Diego, de apellido Aliaga (“discutimos, peleamos y se me murió”) y que pide que lo cuiden porque “hablar es peligroso”. Está con preventiva junto a su pareja e hijos. Otro negocio familiar. Aliaga fue encontrado bajo un metro de tierra, en uno de esos lugares que son como tierra de nadie. Barrera dice que vio a Aliaga negociar libertades y/o aprietes con el juez del que estamos hablando, Walter Bento, con un argumento sencillo: el que no arregla conmigo, se jode.
Cobertura que daba el juez: desde el chiquitaje (si es que en esto hay algo chico) de una domiciliaria porque el preso padecía hemorroides a pagos cash en dólares o con propiedades a cambio de zafar de causas pesadas, de esas que también trata el fuero federal. Aliaga grababa esas negociaciones y las guardaba en una caja fuerte como “mi seguro de vida”. Aún no aparecieron.
La acusación de Barrera no está sola. Hay otra. En marzo del año pasado apresan a Walter Bardinella Donoso en una causa narco y le encuentran en el teléfono conversaciones con su abogado sobre el mismo asunto: arreglos con el juzgado federal. Varios jueces y fiscales se excusan de investigar esas coimas. Hasta que el fiscal Dante Vega agarra el fierro caliente. La causa ya tenía juez designado: el de San Rafael, Eduardo Puigdéndolas. No hay dato ocioso en todo esto."
sábado, 7 de agosto de 2021
Un juez rico y poderoso, un socio asesinado y una historia de extorsiones y sacapresos
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