jueves, 22 de julio de 2021

El caos de Mandioca: porqué la Justicia no debe tomar decisiones sobre la Seguridad

"En la cuarentena aumentaron los casos de menores no punibles acusados de asesinatos; algunos son reclutados por narcos y se convierten en sicarios

Primero disparan, después preguntan. Tienen fácil acceso a las armas🔫 y no dudan en tirar a matar. No integran superbandas dedicadas a asaltar bancos y blindados como Luis “el Gordo” Valor o Héctor “la Garza” Sosa Aguirre. Los grupos delictivos de los que forman parte son desorganizados y efímeros, pero violentos. Algunos de ellos apenas pasan los 15 años y cargan con varios homicidios en sus espaldas. Estas son las características principales de los menores que cometen delitos en el área metropolitana.

En Dock Sud, Uriel M. tenía 15 años y era conocido como Mandioca. Tenía pedido de captura por un doble homicidio ocurrido en Lomas de Zamora. El 24 de marzo pasado se había escapado del Instituto de Menores de Glew. La policía también lo buscaba por el asesinato de Jair Benítez, de 16 años, ocurrido el 15 de abril pasado en el cruce de Gutiérrez y Laprida, en Villa Tranquila, el asentamiento situado entre Dock Sud y la Isla Maciel, a un costado de la avenida Nicolás Avellaneda.

Por su edad, Mandioca era considerado no punible para la ley. Debido a que su familia no podía contenerlo porque algunos de los parientes fueron abatidos en enfrentamientos con la policía y otros estaban presos, entonces un juez de Garantías le impuso una medida de seguridad. No resultó difícil para Mandioca huir del instituto de menores, situado en Glew, y volvió rápidamente a la calle.

(...)

Pero esa medida de seguridad no puede ser para siempre. Según la ley, al cumplir la mayoría de edad, el acusado recupera la libertad. También puede hacerlo antes. Este fue el caso de Brian, el menor que integraba una banda de motochorros que, el 24 de diciembre de 2016, en Rivera Indarte y Asamblea, mató a Brian Aguinaco, de la misma edad, cuando su abuelo intentó impedir que los delincuentes le arrebataran la mochila a una madre y a su hija.

La madre del menor asesino tenía prisión domiciliaria en su casa del barrio 1-11-14, el padre había sido expulsado de la Argentina. Ambos estaban procesados en una causa por narcotráfico. Mientras que el primo había sido abatido en un tiroteo con la policía. Un juez de Menores porteño dispuso que el menor homicida abandone el país para quedar en custodia de su abuelo paterno, en Lima, Perú. Según vecinos del barrio, el menor asesino regresó al mismo lugar cercano a un santuario del Gauchito Gil donde se reunía con el resto de los motochorros que lo acompañaban cuando mató a Brian. Nadie controló que el asesino cumpliera con la orden judicial."

La Nación

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