"Hubo además quienes adhirieron a la idea en su juventud para luego seguir en la madurez por otros caminos, como Elías Castelnuovo —referente del grupo literario de Boedo—, Juan Emiliano Carulla —médico de destacada actuación en La Protesta, que después se convertiría al fascismo— o Alejandro Sux, autor de Bohemia revolucionaria (1910), novela en la que reflejó la intensa vida militante de los anarquistas en la primera década del siglo XX.
En esas páginas, Sux mencionaba —sin nombrar— la existencia de un intachable oficial de policía convertido al anarquismo. El oficial en cuestión realmente existía: se trataba del argentino Federico Ángel Gutiérrez, y su increíble historia había sido dada a conocer por la revista Caras y Caretas en su edición del 20 de julio de 1907, en una nota titulada "Un poeta anarquista expulsado de la policía".
A pesar de su pertenencia a esa institución desde 1893, Gutiérrez tenía una fina sensibilidad social que plasmaba en sus poemas. Destinado a prestar servicio en el Depósito de Contraventores, tomó contacto con los "agitadores que iban a parar allí", en particular con un asiduo huésped de la "leonera", el anarquista Ragazzini, de quien obtuvo "la visión de la miseria y la injusticia social".
Tiempo después, fue ascendido de rango y comisionado a la Sección Orden Social para efectuar tareas de inteligencia entre los ácratas, circunstancia que estrechó su vínculo con las ideas revolucionarias; desde entonces pasó a escribir artículos para La Protesta Humana y otras publicaciones afines, bajo el seudónimo de "Fag Libert".
En 1906 fundó, en compañía de Rodolfo González Pacheco, el semanario La Mentira, con el jocoso subtítulo de: Órgano de la Patria, la Religión y el Estado. Sin embargo, su condición de "doble agente" no tardó en ser descubierta por la jefatura, que exoneró a Gutiérrez de las filas policiales en julio de 1907."
- Días rojos, verano negro: enero de 1919, la semana trágica de Buenos Aires (p. 46. Silva, Horacio Ricardo)
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