domingo, 8 de septiembre de 2024

El Principio de Milton Friedman y los Gastos del Gobierno en Desayunos

En el ámbito económico, la frase de Milton Friedman "No hay tal cosa como un almuerzo gratis" es un recordatorio de que todos los recursos, incluidos los alimentos y servicios, tienen un costo. Esta idea se vuelve relevante al examinar los recientes gastos del Gobierno en alimentos para los desayunos en la Casa Rosada y la Residencia Presidencial de Olivos.

Recientemente, el Gobierno autorizó una compra de más de 16 millones de pesos en medialunas y panes, que serán suministrados a través de una licitación ganada por la empresa Desarrollo Estratégico Comercial S.A. Esta contratación fue aprobada el 22 de agosto por el Administrador de Servicios Generales, Pablo Benvenuto, y firmada por la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei. El monto total de la compra asciende a 16.677.288,10 pesos, equivalente a aproximadamente 13.235 dólares estadounidenses, según Noticias Argentinas.

La adjudicación de este contrato sigue una práctica que se había implementado durante la administración anterior. En su momento, se había criticado la existencia de estos gastos como un "privilegio" para los funcionarios. En diciembre pasado, Iñaki Gutiérrez, quien manejó las redes sociales del Gobierno, informó que el servicio de desayuno había sido dado de baja, considerándolo un "curro de los políticos."

El gasto reciente incluye una variedad de productos, entre ellos panes precocidos congelados, panes árabes, panes para hamburguesas, y medialunas de diferentes tipos. Estos productos fueron adquiridos para abastecer tanto la Casa Rosada como la Residencia Presidencial de Olivos.

Este gasto en alimentos para el personal gubernamental subraya el principio de Friedman: incluso los elementos que parecen ser gratuitos, como las comidas para los funcionarios, tienen un costo real. En este caso, el costo es asumido por el erario público, subrayando la necesidad de transparencia y responsabilidad en el uso de los recursos gubernamentales.

Por lo tanto, es fundamental que los funcionarios públicos, al igual que cualquier trabajador, asuman el costo de sus alimentos si se considera que estos gastos son innecesarios o excesivos. Esto no solo sería una medida de equidad, sino también una forma de garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera eficiente y responsable.

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