"De ningún allanamiento en el barrio Padre Mugica a más de 40 en un día. Política y garantismo que no para sino apura los tiros entre las bandas.
(...)
El narcotráfico es un tema complejo pero la fiscalía había pedido seis veces allanar viviendas donde se acopiaban y vendían drogas. El primero fue hace exactamente un año: el 21 de mayo del 2020 a la jueza Natalia Molina, que lo rechazó. Molina volvió a negarse el 9 de junio y después, en seguidilla, el juez Bartumeu Romero el 18 de junio y Pablo Casas el 10 de agosto, el 18 de agosto y el 14 de octubre. Tuvo que salir la gente a la calle para que una jueza subrogante, Natalia Ohman, firmara de un saque los 44 allanamientos cajoneados.
Hay que leer dos veces el número 44 para tomar mejor dimensión de semejante despropósito. El Estado sabía pero no hacía nada. Anoche secuestraron armas y drogas. Suena raro pero no es raro. En enero de 2019 las causas de narcomenudeo fueron pasadas a la justicia porteña, donde la política se metió más que en Comodoro Py desde que Yuyo Gauna, secretario de De la Rúa, inventó el célebre reparto fifty fifty de jueces entre radicales y peronistas. A los jueces de la Ciudad los nombra la Legislatura de una terna de candidatos propuestos por la Magistratura. El gobierno no participa excepto para elegir a los miembros del Tribunal Superior.
(...)"
martes, 25 de mayo de 2021
Jueces y narcos en la guerra de Villa Lugano
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