lunes, 29 de septiembre de 2025

Crisis en las Fuerzas Armadas: denuncias de bajos salarios, falta de financiamiento y pérdida de personal

La situación de las Fuerzas Armadas argentinas vuelve a estar en el centro del debate público. Un video difundido en redes sociales expuso la preocupación creciente por la falta de personal y las dificultades para sostener la carrera militar en un contexto de bajos salarios y escaso financiamiento estatal.

Según testimonios de soldados y suboficiales, el principal problema radica en las condiciones económicas. “Soy soldado, cobro 560.000 y tengo compañeros que cobran 490.000. Hay suboficiales con más de 12 años de servicio que no llegan al millón y tienen que vender pan casero o salir en bicicleta a hacer pedidos”, señaló un efectivo en actividad. Otros añadieron que muchos militares optan por empleos en el sector privado, donde encuentran mejores ingresos y condiciones laborales.



El desfinanciamiento aparece como otro factor estructural. Argentina destina alrededor del 0,5% del PBI a defensa, una cifra considerada insuficiente frente a estándares internacionales. Del presupuesto asignado, un alto porcentaje se concentra en sueldos, mientras que el equipamiento y la modernización de las fuerzas quedan relegados. “Hoy está todo más o menos bien, pero lo que pasó en Ucrania muestra que la situación puede cambiar rápido. Es necesario elevar el gasto a por lo menos un 2% del PBI y reconstruir cada rama de las Fuerzas Armadas”, expresó un comentarista.

En este marco, algunos compararon la situación local con programas implementados en Estados Unidos, donde el servicio militar incluye beneficios sociales como asistencia para la compra de vivienda y apoyo en la formación universitaria. “Allí se considera uno de los planes de asistencia más exitosos de su historia”, se destacó.

La problemática también remite a un trasfondo histórico. En las últimas décadas, el número de efectivos disminuyó drásticamente: de unos 300.000 en el pasado a cerca de 80.000 en la actualidad. Un exconscripto de Zapala recordó los casos de Omar Carrasco (1994) y Pablo Jesús Córdoba (2023), ambos fallecidos en el mismo regimiento, y reclamó una “depuración severa” tanto en el Ejército como en la política.

Más allá de las estadísticas, la percepción de quienes integran las filas militares refleja una sensación de desánimo. “Yo soy Granadero y cobro 600.000 por mes, nuestra honra social está quebrada”, escribió un uniformado. Otro, con cuatro años de servicio, afirmó: “No hay futuro, me voy a una empresa de seguridad privada donde gano 1,6 millones y tengo un mejor ambiente de trabajo”.

El denominador común en los testimonios es claro: la dificultad de sostener una vida familiar y un proyecto de futuro con los ingresos actuales. “En todo esto lo único que importa es la plata, sin plata uno no vive. Muchos estamos porque nos gusta, pero también porque no tenemos otra oportunidad de trabajo”, sintetizó un soldado.

La discusión sobre el rol de las Fuerzas Armadas en Argentina, sus condiciones laborales y el eventual retorno del servicio militar obligatorio se reabre en un escenario donde la falta de financiamiento y la pérdida de personal plantean interrogantes sobre la capacidad del país para garantizar su defensa y seguridad a largo plazo.

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