martes, 9 de septiembre de 2025

Tragedia en Córdoba: un bombero murió tras caer de un hidroelevador mientras realizaba tareas de poda

Un hecho conmocionó al Valle de Calamuchita este lunes: Matías Godoy, bombero voluntario de 39 años y vecino de Villa Amancay, falleció tras caer desde seis metros de altura de un hidroelevador mientras efectuaba trabajos de poda en la vía pública. Pese a haber sido trasladado de urgencia al Hospital Regional Eva Perón de Santa Rosa, los médicos no pudieron salvarle la vida.

La Federación de Bomberos Voluntarios de Córdoba expresó su pesar y decretó 72 horas de duelo, destacando la entrega y vocación de servicio de Godoy, ampliamente reconocido en su comunidad por su compromiso solidario.

Un accidente que expone la falta de medidas de seguridad laboral

Más allá del dolor por la pérdida, el caso vuelve a poner en discusión un problema recurrente en organismos públicos y fuerzas de seguridad: la ausencia de condiciones adecuadas de seguridad e higiene laboral.

En numerosos ámbitos del sector público, las normas de prevención de riesgos suelen ser relegadas o directamente ignoradas. Esto se traduce en la falta de protocolos de trabajo, deficiencias en la capacitación, y en muchos casos la no provisión ni el control del uso de elementos de protección personal, que son esenciales para minimizar riesgos en actividades de alto peligro como podas, operativos de rescate o tareas de mantenimiento.

Incluso en situaciones en que se cuenta con Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART), no siempre existe una supervisión efectiva, ya que varios organismos eluden las disposiciones vigentes. Estas omisiones no solo exponen a los trabajadores, sino que derivan en juicios prolongados que podrían evitarse con un cumplimiento estricto de la normativa laboral.

La importancia de cumplir la normativa

El accidente que costó la vida a Godoy subraya la urgencia de que los organismos públicos y las instituciones vinculadas a la seguridad ciudadana asuman de manera responsable la aplicación de las leyes de higiene y seguridad laboral. La provisión y control del uso de cascos, arneses, guantes dieléctricos, ropa de trabajo adecuada y demás elementos de protección personal no debe quedar librada a la voluntad individual, sino que debe ser una obligación institucional.

Especialistas en seguridad laboral destacan que prevenir accidentes no depende únicamente de la entrega vocacional de los trabajadores, sino del cumplimiento sistemático de protocolos y de la supervisión activa de las autoridades responsables.

La tragedia en Villa Amancay, que enluta a toda la comunidad, deja así una enseñanza dolorosa: la necesidad de transformar el compromiso solidario de quienes arriesgan su vida en un compromiso real de los organismos públicos con la protección de sus trabajadores.

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