La votación de la ley bases revela la controversia sobre el manejo discrecional de fondos fiduciarios que mueven cifras millonarias y operan con mínima supervisión
En medio de la votación del proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, el Congreso argentino vivió un momento de quiebre cuando se rechazó otorgarle al presidente Javier Milei la potestad de disponer a voluntad sobre los fondos fiduciarios, una partida anual que oscila entre los 8,000 y 10,000 millones de dólares, el denominado "inciso h". Estos fondos fiduciarios, al menos 29 en la actualidad, operan desde hace décadas con escasos controles oficiales y han llegado a mover alrededor de $1.5 billones al año, cerca del 2% del Producto Bruto Interno (PBI) del país.
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La "gran caja" de la política durante las últimas tres décadas ha sido utilizada para financiar proyectos, paliar emergencias y, en algunos casos, para fines oscuros. El inciso "h" del artículo 4° del proyecto de ley bases, que fue el punto de quiebre, otorgaría al presidente la facultad de modificar asignaciones específicas, fideicomisos o fondos fiduciarios públicos, con el objetivo de lograr una mayor racionalidad, eficiencia, eficacia, transparencia y control del uso de recursos públicos.
Actualmente, la opacidad en la gestión de estos fondos es evidente. De los 29 fondos fiduciarios existentes, solo 12 han sido controlados en las últimas décadas por entidades como la Sindicatura General de la Nación (Sigen) y la Auditoría General de la Nación (AGN). Además, los datos disponibles muestran que 24 de estos fondos transfirieron más de 1 billón de pesos durante los primeros nueve meses de 2023.
¿Te acordás cuando el otro día mirando la sesión de la Cámara te sugerí: anotemos lo que defienden porque seguro detrás de esos nombres hay tongo? ¿te acordás que te destaqué que de todo su palabrerío Tolosa dijo que crearon 29 fondos y estaba muy, muy preocupada por uno?
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Estos fondos, destinados principalmente a financiar obras públicas específicas o subsidiar energía y transporte, operan bajo las órbitas de los bancos Nación, de Desarrollo Argentino (BICE) e Hipotecario, con controles escasos o nulos. La falta de transparencia llega al punto de desconocer quiénes integran sus consejos de administración, las nóminas de personal, la selección de empresas contratadas y la evaluación de las mismas, entre otras incógnitas.
Los nueve fondos que más dinero transfirieron entre enero y septiembre de 2023, superando los $997.005 millones, incluyen el sistema de infraestructura de transporte, vivienda social, subsidio a los consumos residenciales de gas licuado de petróleo, Procrear, desarrollo productivo, integración socio urbana, consumo residencial de gas, infraestructura hídrica y servicio universal.
A pesar de los saldos positivos reportados por los fondos fiduciarios, la falta de rendición de cuentas adecuada deja en la oscuridad cómo se gasta este billón y medio de pesos. Líderes políticos, funcionarios y expertos del sector privado coinciden en la necesidad de corregir y transparentar este entramado de fondos, aunque reconocen la complejidad que implica abordar esta problemática.
La votación en el Congreso ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de revisar la gestión de los fondos fiduciarios, asegurando una mayor transparencia y control, para evitar que esta "gran caja" continúe siendo utilizada de manera discrecional y sin rendición de cuentas clara.
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