miércoles, 23 de julio de 2025

Preocupación por armas 3D: advierten sobre nuevas amenazas a la seguridad pública

La creciente amenaza que representa la fabricación de armas de fuego mediante impresoras 3D ha encendido las alertas entre especialistas en seguridad. Aunque en Argentina aún no se han detectado casos concretos, profesionales del área advierten que el país no está exento de este fenómeno, ya presente en redes criminales internacionales.

Uno de los primeros en advertir sobre esta problemática fue el abogado y licenciado en Seguridad, Héctor Muzzio, quien alertó públicamente sobre el riesgo que implica la aparición de estas armas sin trazabilidad en manos del crimen organizado. “Los delincuentes copian modelos exitosos”, explicó, en referencia a la rapidez con la que las organizaciones criminales adoptan tecnologías que les permiten operar con mayor impunidad.

Las armas impresas en 3D pueden construirse con materiales plásticos, pero, gracias a los avances tecnológicos, también incorporan componentes metálicos como tuercas o resortes, lo que aumenta su letalidad. “Pueden disparar hasta 20 proyectiles y luego se descartan. No tienen numeración ni trazabilidad, lo que complica cualquier investigación”, detalló Muzzio durante una entrevista en el programa Tiempo de Policiales.

En este contexto, el rol del profesional graduado en seguridad adquiere una relevancia estratégica. Formados para el análisis preventivo de amenazas y la elaboración de diagnósticos situacionales, estos expertos se posicionan como actores clave en el diseño de políticas públicas orientadas a anticiparse a nuevos escenarios delictivos. Tal como explicó Muzzio, “la inteligencia criminal preventiva es esencial para evitar que estas armas circulen en el país. Debe actuarse antes del hecho, porque la prevención salva vidas”.

La amenaza no se limita al equipamiento, sino también a la lógica operativa de las organizaciones delictivas, que se nutren de tecnologías descentralizadas y de bajo costo. Frente a ello, los especialistas insisten en que la seguridad moderna debe apoyarse en la investigación, la tecnología aplicada y el trabajo interdisciplinario.

El caso de las armas 3D plantea un desafío concreto: anticipar un problema antes de que se convierta en crisis. Para ello, la formación universitaria en seguridad, con enfoque integral y prospectivo, se convierte en una herramienta indispensable para proteger a la sociedad frente a amenazas emergentes.

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