En un país donde el fútbol es una pasión compartida, el partido entre Boca y Fluminense se convirtió en una velada de celebración para muchos. Sin embargo, para la familia y amigos de Marcelo Alejandro Morales, un joven policía de 23 años de la que trabajaba e la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, la noche del encuentro dejó una marca imborrable. Tras el emocionante partido, mientras la ciudad celebraba, Morales se quitó la vida con su arma reglamentaria en la localidad de Don Orione de Claypole, en el sur del conurbano bonaerense.
Marcelo Morales se encontraba de licencia médica en el momento de su trágico acto. Su historia se suma a una triste lista de suicidios en las fuerzas policiales de Argentina, un fenómeno que ha estado en aumento en los últimos años. Esta alarmante tendencia plantea la necesidad urgente de abordar los riesgos psicosociales y la falta de control sobre las condiciones laborales que enfrentan los miembros de las fuerzas de seguridad en el país.
Uno de los factores que contribuyen a este problema es la falta de atención a la salud mental de los policías. La exposición constante a situaciones de violencia, el estrés, la falta de recursos y el escaso apoyo psicológico son solo algunas de las causas que afectan negativamente la salud mental de quienes trabajan en estas instituciones. A menudo, el personal policial se enfrenta a traumas y experiencias traumáticas que pueden tener un impacto duradero en su bienestar emocional.
Además, la falta de control sobre las condiciones de trabajo, las largas jornadas laborales y la sobrecarga de tareas agravan aún más la situación. Los agentes de policía se ven sometidos a una presión constante y, en muchos casos, se sienten desamparados y desprotegidos. La falta de un análisis exhaustivo de los aspectos psicosociales en el trabajo policial ha llevado a un deterioro progresivo de la salud mental de quienes se dedican a proteger a la sociedad.
Es fundamental que las autoridades reconozcan la gravedad de esta situación y tomen medidas concretas para abordarla. Esto incluye la implementación de programas de apoyo psicológico y de prevención del suicidio, así como la promoción de un entorno de trabajo más saludable. Además, es importante fomentar un diálogo abierto y honesto sobre los desafíos que enfrenta el personal policial y brindarles los recursos necesarios para buscar ayuda cuando la necesiten.
La historia de Marcelo Alejandro Morales es un recordatorio doloroso de que la falta de atención a la salud mental y la falta de control sobre las condiciones de trabajo pueden tener consecuencias devastadoras. Es responsabilidad de todos nosotros, como sociedad, trabajar juntos para proteger a aquellos que están dispuestos a arriesgar sus vidas por nuestra seguridad. La prevención del suicidio y el apoyo a la salud mental de los miembros de las fuerzas de seguridad son cuestiones que no pueden ser ignoradas.
lunes, 6 de noviembre de 2023
Riesgos psicosociales y el silencio de las Fuerzas Policiales en Argentina: el trágico caso de Marcelo Alejandro Morales
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