El personal de las fuerzas de seguridad y policiales en Argentina enfrenta una realidad alarmante que afecta su calidad de vida y, en última instancia, su capacidad para cumplir con su labor fundamental: proteger a la ciudadanía. Problemas como los bajos salarios, la necesidad de pluriempleo, la ineficacia en los mecanismos de reclamo y condiciones laborales desafiantes generan una crisis dentro de las instituciones.
Salarios insuficientes: 30% por debajo del RIPE
El principal reclamo del personal es la insuficiencia salarial. Según datos referidos en múltiples quejas, los integrantes de las fuerzas suelen percibir un ingreso que se encuentra un 30% por debajo del Registro de Indicadores del Poder Ejecutivo (RIPE). Esto los coloca en una situación de precariedad económica que les impide cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y salud.
El aumento salarial a las fuerzas es una verguenza.
— 🦁🤝🦆 Ona Duarte 🇦🇷 🇻🇪 (@duarte_ona) November 27, 2024
El documento firmado por @MartinSiracusa muestra que la gran mayoría del personal no puede siquiera entrar a un alquiler de un monoambiente.
Ni siquiera llega al RIPTE.
Es una vergüenza.@JMilei @PatoBullrich @LuisCaputoAR pic.twitter.com/hDakAzSF7u
Con una inflación que continúa en aumento y ajustes salariales que no superan el 1% mensual en muchos casos, los salarios han quedado completamente desfasados frente al costo de vida. Los integrantes de las fuerzas han llegado al extremo de buscar formas alternativas de ingreso, como trabajar para aplicaciones de transporte o delivery, lo que genera serios conflictos en sus vidas personales y profesionales.
El pluriempleo: una necesidad que genera desgaste
Ante la imposibilidad de sostenerse económicamente con sus ingresos regulares, muchos oficiales y suboficiales recurren al pluriempleo. Sin embargo, esta alternativa no es viable a largo plazo. Las jornadas laborales que exceden las 12 horas, sumadas al esfuerzo adicional que implica trabajar en actividades paralelas como Uber o delivery, llevan a un desgaste físico y emocional extremo.
Este desgaste no solo afecta su desempeño en las fuerzas, sino también su vida personal, generando estrés, problemas familiares y una constante sensación de frustración al no poder salir del círculo vicioso de la precariedad.
Condiciones laborales: traslados, horarios y explotación
A la problemática salarial se suman las exigencias de las condiciones laborales. El personal es constantemente trasladado de un lugar a otro, a menudo sin previo aviso, lo que dificulta establecer una vida estable. Cambios de horarios intempestivos, jornadas de 24 horas y la falta de controles sobre las horas extras contribuyen a la percepción de explotación laboral.
Escala Salarial PFA mediante RESOL-2024-1270-APN-MSG ordenado de mayor a menor remuneración
Un suboficial puede pasar años cumpliendo con todas estas exigencias para luego descubrir que un oficial con mucho menos tiempo de servicio y experiencia percibe un salario igual o mayor. Estas desigualdades generan un profundo malestar y desmotivación en los cuadros más bajos, quienes son los que realmente sostienen la operatividad de las fuerzas.
La falta de canales efectivos para reclamar
Otro de los puntos críticos es la inexistencia de canales efectivos y eficientes para presentar reclamos. Los integrantes de las fuerzas, por la naturaleza de su labor, no pueden realizar huelgas ni manifestaciones públicas, lo que limita sus posibilidades de expresar sus demandas.
Los sistemas internos de reclamos suelen ser burocráticos y no brindan soluciones reales. En muchos casos, quienes presentan quejas son objeto de represalias o son ignorados por sus superiores. Esta desconexión entre las bases y las autoridades contribuye a agravar el descontento generalizado.
Un llamado urgente a las autoridades
El texto que sirve de referencia para este artículo refleja el sentimiento de frustración y desilusión que prevalece entre el personal. Las palabras de un suboficial con más de 30 años de servicio son un grito de auxilio que no debe ser ignorado: "Nos están matando con los alquileres; no nos alcanza ni para comer. El gobierno dice que la inflación está en 3 % mensual y nos da un aumento del 1 %. ¿Es una tomada de pelo?".
Es evidente que las autoridades deben actuar de manera urgente para atender estos reclamos. No se trata solo de ajustar salarios, sino de reformar integralmente las condiciones laborales, garantizar una distribución justa de los recursos y establecer canales efectivos para escuchar y resolver las demandas del personal.
El futuro de las fuerzas
En un contexto de creciente inseguridad, la estabilidad y el bienestar del personal de las fuerzas son esenciales para el cumplimiento de su misión. Sin embargo, si no se toman medidas inmediatas, las instituciones corren el riesgo de enfrentar un colapso interno.
Las autoridades del ministerio de seguridad que fijan las escalas salariales (y luego las fuerzas liquidan de forma muy dispar) son Patricia Bullrich, Alejandra Susana Monteoliva, Carlos Alberto Manfroni, Martín Siracusa, Diego Hernán Goldman, Gustavo Luis Gavassa, María Lorena Petrovich. Cabe destacar que muchos reclamos que se han hecho al Ministerio de Seguridad terminan archivados sin resolución y exponiendo al personal que denuncia ante sus superiores, instando a acciones de violencia institucional, plenamente documentado en el sistema oficial GDE. Dentro del área de la Directora Nacional de Bienestar María Lorena Petrovich suceden muchas de estas acciones ignoradas institucionalmente.
Es fundamental que los altos mandos y las autoridades políticas comprendan que el personal no es solo un recurso, sino seres humanos con necesidades y derechos. Garantizarles un salario digno, condiciones de trabajo justas y un sistema de reclamos funcional no es solo un acto de justicia, sino una inversión en la seguridad y el futuro del país.
El texto completo:
"Sra. Ministra de seguridad, Sr. Director Nacional de Gendarmería, quien suscribe, suboficial principal [CENSURADO], me dirijo a ustedes a fines de hacerles saber el malestar que hay de parte de la gran mayoría de los integrantes de la fuerza, especialmente en el cuadro de suboficiales. ¿Les parece a ustedes que nos estén pagando un sueldo de hambre y salgan todos los días a hacer política por todos los canales de televisión con nosotros? ¿Les da la cara? Son unos sinvergüenzas. La mayoría de nosotros los votó para que nuestra vida mejorara y vemos que no es así. Estamos cada día peor. Nos están matando con los alquileres; no nos alcanza ni para comer. El gobierno dice que la inflación está en 3 % mensual y nos da un aumento del 1 %. ¿Es una tomada de pelo? ¿No les da vergüenza que muchos de los integrantes de las fuerzas federales anden haciendo UBER para poder comer? Debería darles vergüenza. Son unos cara duras. Cobran sueldos millonarios y a los que ponemos el pecho todos los días nos tienen matando de hambre, mientras que ustedes comen sushi y caviar en el ministerio. La verdad, en estos más de 30 años de servicio que llevo en la Institución solo he pasado manoseos. Los suboficiales, que somos los que hacemos el trabajo, tenemos que aguantar que un alférez que no sabe ni dónde está parado, con 6 años de servicio, cobre lo mismo que un sargento con 13 años de servicio. ¡Basta de manoseo! Dejen de robar con las horas extras. Pida un listado, Sra. Ministra, de quién cobra todos los meses: el 90 % son oficiales que se cargan sin trabajar porque a ellos nadie los controla. Están sentados en una silla los 365 días del año viendo qué boludeces inventar para molestar a los suboficiales, a los más jóvenes. Les pido que no se dejen manosear como nos hicieron a nosotros durante años. El Director Nacional es un mentiroso. Prometió que iba a atender nuestro reclamo de equiparar los sueldos con los oficiales y jamás lo hizo. Después no se quejen cuando vuelva a pasar un 2012. Dejen de hacer política con nosotros y paguen un sueldo decente. Ustedes cobran millones y nos matan de hambre a nosotros. Terminen con la explotación de las 24 horas de servicio; eso no tiene que existir más. Vivimos en el año 2024. Por último, le pido al personal subalterno, que son el futuro de la institución, que no se dejen manosear más con estos cara duras. Tienen la suerte de tener las redes sociales para difundir todos los actos de corrupción que cometen estos caraduras."
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