martes, 24 de diciembre de 2024

¿Sabías que los precios mandan y los costos obedecen? Descubre el revolucionario principio de Menger

El principio de imputación de Carl Menger, uno de los pilares de la teoría subjetiva del valor, es una idea simple pero poderosa que desafía la lógica tradicional sobre cómo se determinan los costos y precios en la economía.

A continuación la explicación por parte de Javier Milei en el programa de Alejandro Fantino en Neura.

¿De qué trata?

Tradicionalmente, se pensaba que los costos de producción (como la mano de obra, los materiales, etc.) determinaban el precio de los bienes. Por ejemplo, si fabricar un par de zapatos costaba $50, el precio debía ser algo más alto, digamos $70, para obtener ganancias.

Menger lo ve al revés:
El precio de un bien no depende de los costos de producción. En cambio, los costos se imputan o asignan a los factores de producción en función del valor que los consumidores le dan al bien final.

Explicación clara con un ejemplo:

Imagina que tienes un árbol que puede ser convertido en madera para fabricar sillas. Según el principio de Menger, el valor de la madera depende del precio al que los consumidores están dispuestos a pagar por las sillas.

  • Si una silla se vende a $100 porque la gente valora sentarse cómodamente, entonces la madera (como factor de producción) tendrá un costo imputado que justifique esa valoración.
  • Si nadie quiere sillas o las valora muy poco, la madera perderá su valor, incluso si producirla fue costoso.

En resumen:
El precio de los bienes determina el valor de los recursos usados para producirlos, no al revés.

Relación con la teoría subjetiva del valor:

Esta idea refuerza la visión de que el valor de un bien no es algo intrínseco (como el trabajo que lleva producirlo), sino que depende de cómo las personas lo valoran subjetivamente. Es decir, lo que realmente importa es cuánto está dispuesto a pagar el consumidor, y esa percepción define tanto los precios como los costos.

Un ejemplo cotidiano:

Piensa en el precio del oro. Su extracción y refinamiento tienen costos elevados, pero esos costos no justifican su valor. Más bien, el oro es caro porque la gente lo valora por razones culturales, estéticas o económicas. Ese valor alto "imputa" un costo elevado a los procesos para obtenerlo.

Con este principio, Menger revolucionó la economía al enfocarse en el papel del consumidor y su subjetividad en el mercado.

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