Revelaciones financieras en Aerolíneas Argentinas: La Cámpora utilizó fondos de jubilados para maquillar números

En una operación que concluyó en octubre, Aerolíneas Argentinas obtuvo US$100 millones para cubrir deudas, revelándose ahora que la mitad de este monto fue suscrita por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, utilizando así recursos de jubilados. Aunque el presidente de la aerolínea, Luis Ceriani, anunció un resultado positivo de US$32 millones para 2023, la realidad económica se vio maquillada mediante este procedimiento financiero.

La deuda se estructuró a través de un fideicomiso denominado FF Global ARSA I, gestionado por BICE Fideicomisos S.A. (Bifsa). Este fideicomiso, administrado por Jorge Tanús, se creó después de la derrota oficialista en las PASO en agosto, con el objetivo de obtener financiamiento en el mercado y evitar depender de subsidios gubernamentales.

La emisión del fideicomiso por US$300 millones se anunció en octubre, con la suscripción de US$100 millones. La Anses, bajo la dirección de La Cámpora y Fernanda Raverta, aportó la mitad de esta suscripción, mientras que el resto fue distribuido entre Fondos Comunes de Inversión (FCI) y otras entidades.

Aerolíneas Argentinas acordó pagar estos US$100 millones en 36 meses, con una tasa de interés anual del 3%, y los pagos de capital se realizarán en dólares oficiales. Este endeudamiento ha generado escepticismo en el mercado, ya que la aerolínea, con un patrimonio neto negativo, se endeuda a tasas poco favorables.

La operación financiera levanta interrogantes sobre cómo se respaldó el pago futuro, comúnmente garantizado por seguros de cambio. La deuda, que deberá empezar a pagarse en enero, coincide con un período de alta demanda para la aerolínea, lo que podría afectar sus finanzas, ya que los pasajes ya han sido vendidos, pero los costos operativos siguen siendo significativos.

Además, la productividad de Aerolíneas Argentinas ha sido objeto de críticas. La comparación del indicador "Asiento por kilómetro ofrecido" (AKO) con otras aerolíneas internacionales revela una baja eficiencia operativa. Este indicador, utilizado para medir la productividad, muestra que Aerolíneas Argentinas opera con alrededor de 2 millones de AKO por empleado, mientras que aerolíneas como Latam, Azul, IAG (Iberia y British Airways) y Air France KLM superan los 3 millones.

Estas revelaciones plantean cuestionamientos sobre la transparencia financiera de la gestión de Aerolíneas Argentinas y generan dudas sobre la sostenibilidad de la aerolínea en un contexto de cambio de gobierno, donde nuevas políticas podrían afectar su situación financiera.