Una serie de incidentes, incluyendo intentos de fuga y motines, en comisarías de la Ciudad de Buenos Aires ha generado alarma y destapado una crisis en el sistema penitenciario de la región. Los eventos recientes han llamado la atención de las autoridades y la comunidad, destacando la sobrepoblación y la tensión constante en estas instalaciones.
En un incidente particular en la Comisaría de Constitución, 29 internos estuvieron al borde de una fuga masiva después de que una mujer fue detenida por intentar introducir marihuana en un tubo de pasta de dientes. La Policía de la Ciudad cerró la cuadra para evitar la fuga inminente, aunque los internos llegaron hasta la puerta antes de ser detenidos. Este episodio revela la vulnerabilidad del sistema carcelario y la violencia que puede surgir en situaciones de este tipo.
En otro incidente, un preso logró escapar de la Comisaría Vecinal 9B de Liniers al doblar parte de la chapa de su contenedor. Esto pone de manifiesto las condiciones de alojamiento precarias a las que se enfrentan los detenidos en estas comisarías.
La crisis penitenciaria en la Ciudad de Buenos Aires se encuentra en el contexto de una disputa política entre el Gobierno de la Ciudad y el Servicio Penitenciario Federal (SPF) con respecto al alojamiento de detenidos. Según las fuentes oficiales, la Alcaidía 1 bis de San Juan 1158, por ejemplo, tiene una capacidad de alojamiento de 11 plazas, pero en el momento de la toma en Constitución había 29 detenidos, evidenciando una sobrepoblación alarmante.
En una situación en la que la seguridad es primordial, la disputa entre la Ciudad y el SPF, que acusa a este último de no proporcionar suficientes cupos para recibir presos de la Ciudad, ha llevado a lo que algunos llaman "adaptaciones de emergencia" en las comisarías y alcaldías para garantizar las condiciones básicas de alojamiento. Sin embargo, los problemas subyacentes persisten, ya que el SPF se niega a cumplir con sus obligaciones según la ley vigente, lo que agrava aún más la crisis.
El hacinamiento en las instalaciones de detención de la Ciudad es evidente, con más de 1,600 presos alojados en un sistema diseñado para albergar solo 729. Este exceso del 220 por ciento crea una carga adicional en la Policía de la Ciudad, que debe dedicar a más de 1,500 agentes para la custodia de estos detenidos, afectando sus funciones principales.
Las tensiones en la Alcaidía de Constitución se volvieron tan críticas que fue necesaria la intervención de un negociador para que los presos regresaran a sus celdas. El incidente de Liniers también refleja la falta de infraestructura adecuada, con los detenidos alojados en contenedores improvisados.
En última instancia, la disputa política entre la Ciudad y el SPF y la falta de una solución a largo plazo para la sobrepoblación en las comisarías de la Ciudad de Buenos Aires han dejado al sistema penitenciario en un estado de crisis que pone en riesgo la seguridad y los derechos de los detenidos. A medida que la tensión aumenta y los incidentes se multiplican, la necesidad de una resolución efectiva y colaborativa se vuelve cada vez más urgente.
Motín en la Alcaldía de Madariaga de la Policía Federal Argentina
Recientemente hubo un motín en la Alcaldía de la PFA ubicado en la Madariaga y General Paz, se mantuvo de rehén a dos policías y quién filmaba el hecho fue el periodista Ezequiel Guazzora.
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