" Ningún uruguayo afrontó consecuencias en la Justicia de su país, que rechazó pedidos de colaboración, pese a que estudios, testaferros y bancos administraron millones de dólares de la corrupción
Seis años después del escándalo hemisférico que provocó Odebrecht, ningún uruguayo afrontó consecuencias penales en su país por participar en el lavado de las coimas que recibieron funcionarios argentinos y de otros países. Al contrario, la Justicia uruguaya archivó denuncias y rechazó pedidos de colaboración o extradición para evitar que los ciudadanos de su país acusados en el extranjero quedaran sometidos a investigaciones, según surge de un análisis desarrollado por la “Red de Investigaciones Periodísticas Estructuradas” que integran periodistas de LA NACION y otros ocho medios de comunicación del hemisferio.
El relevamiento expone que los estudios jurídicos uruguayos que asesoraron en la trama delictiva, los bancos que escondieron los fondos y los testaferros que prestaron sus nombres no afrontaron mayores contratiempos en los tribunales de su país. Y si bien algunos extranjeros fueron detenidos y extraditados por lavar “para la corona” desde Montevideo o Punta del Este, los principales responsables permanecen libres y sin acusaciones ante la Justicia uruguaya o eludieron los pedidos de extradición.
¿Quiénes fueron los engranajes uruguayos que hicieron funcionar la maquinaria del lavado para Odebrecht? Son al menos 17 contadores, abogados y operadores de ese país, según determinó la revista Sudestada. Entre ellos, Carlos Dentone, quien presidió Sabrimol Trading, una sociedad anónima uruguaya que funcionaba en la zona franca de Montevideo y por cuyas cuentas bancarias circularon millones de dólares de las coimas argentinas.
Así, Sabrimol Trading recibió US$2,1 millones de la firma offshore Select Engineering Consulting and Services, con sede en las Islas Vírgenes Británicas, además de otros US$4,8 millones de la también offshore Klienfeld Services, y US$315.000 de InterTrading Ltd, además de US$1,5 millón de Innovation Research Engineering and Development Ltd y, por último, US$251.000 de la panameña Magna International Corporation.
Todos esos fondos provinieron, en realidad, de la contabilidad paralela de Odebrecht y se destinaron al pago de sobornos a funcionarios del Ministerio de Planificación Federal y de la empresa pública Agua y Saneamientos Argentinos (AySA). Pero Dentone declaró ante LA NACION y la Justicia argentina que el verdadero dueño de Sabrimol Trading era el lobista argentina Jorge “Corcho” Rodríguez, quien lo negó de manera tajante.
Dentone declaró y se encuentra procesado por la Justicia argentina, pero no afrontó problemas en su país, ni tampoco los otros uruguayos que participaron en la trama local de Sabrimol Trading, como tampoco registró dificultades Andrés Norberto “Betingo” Sanguinetti Barros, otro viejo conocido del capítulo argentino del Lava Jato.
Miembro de la comisión directiva del Club Atlético Peñarol, uno de los clubes “grandes” del fútbol uruguayo, y gestor de cuentas en la sede montevideana de la Banca Privada d’Andorra (BPA), donde llegó a ocupar una de las vicepresidencias, “Betingo” Sanguinetti pareció encarnar la excepción a la regla uruguaya en 2018, cuando ingresó a una cárcel en Andorra, procesado por el delito de lavado de activos por la jueza Canòlich Mingorance. "
jueves, 21 de julio de 2022
Uruguay, la guarida fiscal para los sobornos millonarios de Odebrecht
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