"El Gobierno decidió adquirir material ferroviario eléctrico por US$864 millones para un ramal sin electrificar; ahora, el contrato quedó afectado por la imposibilidad de concretar el financiamiento
Si se que quisiera buscar una frase coloquial para entender los problemas complejos que enfrenta el contrato mediante el que el Estado decidió comprar US$864 millones de material rodante a Rusia, este cronista se quedaría con esta: “No me anda el posnet”. Mientras se arregla, el presidente Alberto Fernández no se irá a buscar otro negocio. Prefiere esperar.
Algo así sucede en medio de la negociación para lograr que el Eximbank ruso pueda anudar el financiamiento para la compra de 70 nuevos trenes eléctricos que deberían formar parte del ramal San Martín, un recorrido que aún impulsa sus coches a gasoil y que no está electrificado. Pero ahora, la fuerza motriz de la millonaria adquisición perdió relevancia ante un impedimento mucho mayor. Los problemas llegan por las penalidades financieras impuestas por la comunidad internacional a Rusia por su invasión a Ucrania."
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