domingo, 13 de febrero de 2022

El insólito laberinto que atrapó a una víctima de una farsa

"Hace más de dos años un menor en situación de calle y su padrastro lo denunciaron por abuso. Las cámaras de la zona probaron que todo era mentira, pero él sigue imputado. Hoy vive con botón antipánico.

Ricardo (45) no es su nombre real. Pero lo llamaremos así. No quiere que se conozca su verdadera identidad porque el temor todavía lo invade. Por eso, pide esa sola condición a cambio de contar su historia. Ricardo necesita que su caso se conozca por dos razones: salir de una vez de este laberinto judicial en el que se encuentra inmerso hace más dos años y evitar –si es que se puede– que alguien vuelva a pasar por lo mismo.  

Para entender lo que vivió –o lo que vive mejor dicho, porque increíblemente la causa sigue abierta– hay que remontarse a noviembre de 2019, cuando este perito en seguridad informática fue arrestado por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, poco después de haber sido atacado a golpes y cuchillazos por una familia en situación de calle en el barrio porteño de Almagro.

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“El viernes 1° de noviembre –cuenta Ricardo a PERFIL– se me acerca un chico, que a toda costa me quería vender pañuelitos. Le dije que no, porque la verdad es que ya había ayudado esa semana a varios, a lo que me dice “puto, te voy a matar”. Le conteste algo, pero no pasó de allí”.

Dos días después Ricardo volvió a cruzarse con el mismo chico. Pero esta vez a las 10 de la noche, en la avenida Rivadavia y Loria. “Me llama varias veces, a lo que hago caso omiso”, recuerda el hombre a este diario.

“Yo sigo caminando por la calle, y de repente me doy vuelta porque me dice ‘viejo’ y lo veo con un cuchillo entre las manos, al tiempo que aparece una mujer mayor, que aparentemente no tenía nada que ver con este menor que me dice ‘¿Qué te pasa con mi sobrino, violín?”.

Ricardo –entendería un tiempo después– estaba a punto de caer en una trampa. “Al estilo piraña, me golpean varias personas que estaban con ellos, por lo cual creo que esto estuvo preparado desde que me vieron. Me golpean entre varios, y como puedo, entro a la estación de servicio YPF, donde me doy cuenta de que me habían lastimado”.

Un rato después llega la Policía. Y demoran a dos personas: Leonela Ledesma (34) –la mujer que supuestamente lo agredió– porque tenía pedido de captura activo y a Ricardo, a quien le informan que lo llevaban a la seccional por averiguación de antecedentes.

“En la fiscalía en lo Correccional y Criminal 59 me entero de que estaba acusado por el supuesto abuso del menor”, cuenta el informático y agrega: “Como llegué casi a las 14 horas, no pude ir a declarar. Me tuvieron un día detenido sin poder llamar a mi casa. En la comisaría 3, recuerdo perfectamente un numerario llamado “Loveira” que me dice que no tengo derecho a una llamada porque ‘esto no es Estados Unidos’”."

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